Arte y Espectáculos

Misael Bustos: “El norte y el centro de Argentina son nichos de compra y venta de bebés”

El director de cine marplatense regresó a su ciudad para proyectar su nuevo documental, una obra que aborda el tema del tráfico de personas y la sustracción de identidad.

 

Atravesado por el tema de la identidad, Misael Bustos regresó a ese tópico en su segunda película documental, “Secreto a voces”. El cineasta marplatense, radicado desde hace años en Buenos Aires, es recordado por su ópera prima “El fin del Potemkin”, en la que siguió la vida de Viktor, un ruso varado en el Puerto local que se quedó sin patria tras el desarmado de la Unión Soviética a fines de los ´90.

Ahora, invitado por la ong Mar del Plata Cine, el realizador audiovisual estuvo recientemente en su ciudad natal para acompañar la proyección de “Secreto a voces”, filme que se vio en el ciclo de películas argentinas “Teatriz Movie Club”. El ciclo seguirá los martes de octubre, a partir del 9, con las películas “Amor urgente”, de Diego Lublinsky, y luego con “Teatro de guerra”, de Lola Arias.

“Hace unos años estaba haciendo una serie y me empecé a introducir en esta temática, que como la mayoría de las personas no sabía de lo que se trataba. Dejé de lado esa serie y empecé a investigar durante cuatro años y medio”, recordó Bustos sobre el tema de la compra y venta de personas, un comercio que ocurre aún en un contexto democrático, en Argentina, fuera de lo que significó el terrorismo de Estado y la apropiación de bebés durante la dictadura cívico militar.

Así, logró construir un documental humano, en el que se sigue a una madre que busca a un hijo gemelo que le robaron al nacer. Y en el que se relata cómo un gemelo que hoy vive en Suiza vuelve a Argentina a buscar a su hermano que nunca pudo olvidar. Aparece una mujer que sigue las pistas por pueblos del interior de Argentina tratando de encontrar a su madre. Y una joven que encuentra y denuncia a la partera que la vendió al nacer. También una activista independiente que necesita conocer su identidad de origen cueste lo que cueste.

Así, da visibilidad a voces de personas que en diferentes puntos del país comparten un mismo drama: la búsqueda de un familiar que fue víctima de alguna red delictiva que se encarga de comerciar con seres humanos.

“Mundialmente el tráfico de personas ocupa el tercer lugar -dijo el director-, hay un segmento económico que se maneja tanto acá como en otros lugares”. Y tuvo en cuenta el tráfico de armas y de drogas como las actividades delictivas que encabezan esa lista.

Con chances de que el filme llegue a verse en todos los Espacios Incaa del país, Bustos dijo que, en su rol de documentalista consustanciado con los temas de su tiempo,buscó “visibilizar problemáticas que no están activadas desde el Estado”. “Hasta el día de hoy, son Estados acéfalos en esto, no han atacado como corresponde la problemática como para poder anularla”.

A partir de la investigación que llevó adelante, encontró que Argentina es un sitio propicio en el que se realiza este comercio. “Gente de acá como del exterior vienen y compran bebés, hay lugares como el norte y el centro de Argentina que son nichos de compra y venta de bebés para que cumplan ese rol de hijos que necesita una familia para cerrar un círculo, pero lamentablemente lo hacen de una manera que no debería ocurrir, que es cercenando la identidad de una persona”, opinó.

Es la falta de conocimiento sobre el tema lo que habilita que estas redes sigan actuando. Solo casos que tomaron relevancia nacional, como la desaparición de Marita Verón, permitió poner en la agenda pública el tema de la trata de personas.

“Hay un grupo de madres que se llaman Madres por la verdad que buscan a sus hijos, aunque en realidad hay grupos diseminados por toda la Argentina, uno empieza a entrar en las redes y empieza a averiguar y la verdad es que se descubre un mundo impresionante”, indicó el realizador, quien se manifestó agradecido por la invitación de la ong Mar del Plata Cine para que pueda dar a conocer su obra.

A su vez, consultado sobre los recortes en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), se mostró preocupado por la continuidad de la actividad. “Hay una ley nueva de fomento (al cine) que beneficia a las grandes productoras y no tanto a los productores independientes, es crítico lo que está pasando”.

“El cine es un elemento cultural y hay que mirarlo por ese lado, es una industria cultural que mueve gente. Francia por ejemplo tiene políticas que incentivan a ver cine francés entre alumnos de la primaria. A nosotros nos fue muy bien con las críticas de esta película pero muchas veces la película no tiene difusión y es difícil que la gente se entere”, explicó.

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